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Una tija de sillín es un tubo generalmente de aluminio o acero que une el sillín de la bicicleta con el tubo del asiento del cuadro de la bicicleta.
Existen muchos diámetros diferentes incluso dentro de un mismo fabricante que suelen ir desde los 21.15 mm hasta los 31.8 mm por lo que en caso de tener que cambiarse es importante tener en cuenta este dato con exactitud.
Los valores más pequeños suelen corresponder a bicis de peor calidad o destinadas a bicicletas urbanas, donde este elemento no va a recibir tanta presión ni impactos derivados de la conducción. Actualmente la parte superior que se engancha con el sillín es prácticamente estándar usándose un sistema basado en la sujeción del tubo del sillín con un sistema de sujeción de los tubos paralelos del sillín.
Existe la excepción de las bicicletas de niños pequeños o de adultos de baja calidad en las que el enganche puede ser diferente. Reservándose su uso más a las bicicletas de carretera que a las de montaña también podemos encontrar tijas de fibra de carbono que a pesar de ser más ligeras, no se suelen recomendar para bicicleta de montaña al ser más fáciles de romperse si son golpeadas.
La mayoría de las tijas de bicicleta suelen llevar una marca consistente en una fila de pequeñas líneas verticales que indican el límite de altura que puede alcanzar. Si se sobrepasa este límite se corre el riesgo de que el agarre sea deficiente con la consiguiente caída de la bicicleta o rotura de la misma.
El mercado del ciclismo de montaña evoluciona rápidamente y en esta tipología de producto, también existen tijas de sillín con suspensión, ideales para bicicletas de 26” y bicicletas de 27.5". Estas tijas permiten adaptar una posición del cuerpo más retrasada para abordar con mayor facilidad todo tipo de desniveles y saltos, gracias a la posibilidad de bajarlas de altura rápidamente sin necesidad de pararte y utilizar herramientas ni ninguna llave multifunción.
El funcionamiento de estas tijas es mediante un elastómero que se debe elegir dependiendo del peso del ciclista, este se hunde por nuestro propio peso cuando pasemos cualquier bache, por tanto no es propiamente un sistema de suspensión.
Hay que tener en cuenta, que al hundirse cambia la distancia del sillín respecto a los pedales con el consiguiente perjuicio para el pedaleo si no se utiliza exclusivamente para las bajadas. Al no ser un sistema de suspensión lo que aportan es una comodidad para posicionar tu cuerpo en el momento de afrontar una bajada técnica. Asimismo incrementan el peso de la tija de sillín. Disponen de sistemas con mandos remotos que permiten bajarlas rápidamente y subirlas automáticamente sin necesidad de bajarte de la bicicleta ni perder ritmo de pedaleo.
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